lunes

3. Papá

Teresa se ha vuelto tímida, llora por nada y no soporta la compañía de personas extrañas. No es felíz si no es con su padre o con sus hermanas.

El señor Martín toma la decisión de marcharse todos de allí, de AlenÇon, e instalarse en Lisieux, en una fincaa con un hermoso jardín. Allí la pequeña comienza a resurgir.

Papá lleva a Teresa al campo, a dar largos paseos y se sientan a la orilla del agua. Ella escucha los ruídos lejanos, los murmullos del viento... "Y yo soñaba con el cielo". "Las hierbas y las grandes margaritas relucían de piedras preciosas". Un rayo cae muy cercano y ella está maravillada. Es preciso que el anciano papá se lleve de allí a la pequeña poeta. Un día la lleva al mar y asisten a la puesta del sol. Contempla, sentada en una roca junto a Paulina esa "Imagen de la gracia que ilumina el camino de las almas". Y medita sobre su porvenir y sobre su futuro. Tiene sus propósitos.

Le regalan un caleidoscopio y, por supuesto, lo desmonta. "Fue para mí la imagen de un gran misterio.



Mientras nuestras acciones no salen del hogar del amor, la Santísima Trinidad les da su reflejo y una belleza admirables... Pero si salimos del centro inefable del amor, ¿qué queda?. Briznas de paja...".

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