Teresa, sin motivo, se siente presa "de un sentimiento de espanto sobrenatural". Llama "bien alto, con voz temblorosa: -¡Papá! ¡Papá!". Pero el misterioso personaje no parece oirla. Sigue caminando sin ni siquiera volver la cabeza, se aleja por detrás de los árboles y ya no vuelve a aparecer...
A las voces de Teresa, acude la gente de la casa.
-"¿Por qué gritas "papá"? Está en AlenÇon".
Teresa explica. Le razonan: "Es Victoria, que ha querido asustarte..." Pero Victoria protesta con ingenuidad. Ella no ha abandonado la cocina. Registran en el jardín pero es en vano.
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Hasta quince años más tarde no comprenderá el doloroso y trágico significado del simbolismo de la misteriosa aparición.