jueves

19. La enfermedad de Luis Martín

Unas congestiones que padeció lo privaron del uso de sus miembros durante un tiempo. Poco a poco fueron apareciendo luego las primeras lesiones de las facultades intelectuales. Un día olvidó y dejó morir de hambre a su periquito tan apreciado. Entonces fue cuando calibró con desespero su decadencia.

Los signos se concretaron. Se le oscureció la memoria, tuvo alucinaciones, sueños de huída, ausencias y terrores irrazobables. Miedo de persecuciones lo asediaron.

El dia 23 de junio huye de la vigilancia de sus hijas, que lo cuidaban, y huye. Se le busca durante cuatro días por la comarca. Por fín, un telegrama de El Havre informa de que lo acaban de encontrar y Celine y el tío Guerin acuden a por él y se lo traen todavía desorientado.


Reemprende su vida en los Buissonnets, pero la esclerosis continúa invadiendo su cerebro. La parálisis se agrava. Sale de largas crisis a veces, como si de un sueño espantoso se tratara, pero solo para tomar conciencia de su mente degradada.

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