lunes

9. su carácter

Se le preguntó a Teresa. Curiosidad, duda, escepticismo, ironía... todas las pequeñas heridas que un hombre puede infligir al candor de un corazón de niña.

Aquella alegría se trocó en amargura y más tarde escribiría:

"Dios mío ¡Solo Tú sabes lo que sufrí!"

El día de su Primera Comunión lo pasa con gran felicidad y le pide a Dios algo que El le concederá, y que ella sabrá ocultar en lo más recóndito de su alma.

Continúa siendo la pequeña solitaria, demasiado precoz, demasiado profunda, sin amigas, sin preferida. Sufre con esto y no puede hacer nada.

Se consuela repitiéndose un verso que a veces cita su padre: La tierra es tu navío y no tu morada.

Sensible, tímida, nerviosa. Teresa hacia esa edad no satisface a ella misma ni a los demás. Quiere hacerse útil, no se dan cuenta de sus esfuerzos; se indigna por ello y llora de despecho. Esa susceptibilidad excesiva la hace "verdaderamente insoportable".

Sanará de eso de golpe.

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