jueves

Mi alegría

Hay almas en la tierra
que van, en vano, en busca de la dicha.
No es ése el caso mío:
yo llevo la alegría dentro del corazón.
No es una flor efímera, la tengo para siempre,
cada día me manda al alma su sonrisa,
lo mismo que una rosa de eterna primavera.


Soy, en verdad, dichosa en demasía,
hago siempre y en todo lo que deseo y quiero.
¿Cómo podría yo no estar alegre,
cómo ocultar mi júbilo?
Amar el sufrimiento es mi alegría,
sonrío cuando lloro.
Con gratitud escojo la espina entre mis flores.


Cuando el azul del cielo se oscurece
y parece que el cielo me abandona,
mi alegría es quedarme en medio de la sombra,
escondida y pequeña.
Mi alegría es cumplir siempre
la santa voluntad de mi Jesús,
mi único y solo amor.
Así, vivo sin miedo,
amo el día y la noche por igual.


Mi alegría es ser pequeña, permanecer pequeña,
así, si alguna vez en el camino caigo,
me levanto enseguida,
y mi Jesús me coge de la mano.
Y colmándole entonces de caricias,
le digo que él es todo para mí...
Redoblo mis ternuras cuando él se hurta a mi fe.


Mi alegría es esconder a mis hermanas,
cuando lloro, mis lágrimas,
que tiene el sufrimiento sus encantos
cuando velar sabemos con flores su aridez.
Quiero sufrir, mas sin decir palabra,
para que mi Jesús se sienta consolado,
que mi alegría es ver cómo él sonríe
mientras en el destierro está mi corazón.


Mi alegría es luchar siempre, sin tregua ni descanso,
por poder engendrar multitud de elegidos.
Es decir, con ternura y muchas veces,
a mi dulce Jesús:
«Por ti, hermano divino, sufro gozosamente.
Mi alegría en la tierra, mi única alegría,
es poder alegrarte».




Quiero seguir viviendo largo tiempo en la tierra,
si ése es tu deseo, mi Señor,
Quiero seguirte al cielo,
si te complace a ti.
El fuego de la patria,
que es el amor,
sin cesar me consume.
¿Qué me importa mi vida? ¿Qué me importa la muerte?
¡Amarte, ése es mi gozo!
¡Mi única dicha, amarte...!

Fecha: 21 de enero de 1897. - Compuesta para: la madre Inés de Jesús
por su santo.

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